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2013-08-13

Soltando amarras.... silencio,


De verdad, tengo miedo, continúo flexionado hacia delante con las manos sobre las rodillas, mirando al suelo. Escasos centímetros separan el hocico del animal de mi cabeza. Sus resoplidos llegan a mí. 
No quiero incorporarme, y encontrarme con él. Y que me hable, y sea esa voz la que vuelva a escuchar.
Siento un ligero roce sobre mi hombro.... luego otro, más sentido.
Me está acariciando. Me estremezco. Comenzaré a llorar, qué es todo esto?, qué está pasando...?

Aquel día, habría sido... como tantos otros desde hacía ya más de dos años. De preocupaciones añadidas a las ya de por sí propias del devenir de la vida. De preguntas sin sus respuestas, noches en vela preguntándose qué hacer.
¿Cómo ayudar a alguien que o no sabe como dejarse ayudar, o simplemente no tiene ilusión por recibir esa ayuda y conseguir salir?, ¿Cómo hacerlo desde la complicidad que dan tantos años compartiendo ese gusto por el desprecio a la vida?...
Imanol era alcohólico. 





Aquel día, habría sido... como tantos otros desde 1992. Aquel año conoció a la mujer que más amor le había dado hasta ese día, y por la que él daría la suya propia. Änhia.
La amaba tiernamente, eso lo saben los ángeles, con la misma dulzura que cuando la conoció.
 A ella iban sus únicas miradas apasionadas, sus sonrisas contagiosas... su alegría, su esfuerzo y su vida entera iba destinada hacia ella. 
Inventó para ella palabras de amor que ni existían aún.  
Cada día, aquel amor crecía y vencía a toda dificultad planteada. Entre ambos lo conseguían. 
Y fruto de aquel amor extraordinario, unos años después de casarse nació Temäi.
Aquel día, habría sido... pero no fue. Aquel día había recibido una llamada telefónica.
Su hermano había sido ingresado de urgencia. Según le dijeron, coma etílico.
Pero la realidad sería otra. Había ingerido etanol. 
Sabía que ocurriría lo que dos días después ocurrió. y aquello terminó por asestarle el golpe definitivo. Un golpe del que ya no se levantaría.


Anskar, levanta la cara y mírame, basta de lloros hermano... creo que ya es suficiente. Por favor levanta la cara y mírame a los ojos. Anskar...

-–Imanol, si eres tú o lo que quiera que sea de ti, sabes que esto me jode, que nunca me ha gustado el tema de las apariciones y gaitas de esas...nunca...

Anskar tenía miedo. Miedo a levantar los ojos y encontrarse con su hermano de nuevo, o peor, con una imagen dura e irreconocible de él. Solo abrió muy poco a poco primero el ojo izquierdo, y levantó un poco la cara... vio las dos pezuñas posteriores, y las patas, con las alitas recogidas. 
Despacio fue abriendo el otro ojo, momento en el cual se topo de bruces, con sus ojos, a la vez que golpeaba con la coronilla en el cuerno de... su hermano.

Hubo silencio,
 de viento entre árboles y caer de hojas.
De pasos de hormigas y toser de moscas.
Hubo silencio,
de aleteo de mariposas y pisadas sobre rocas.
De brotar de manantiales y de los murmullos en los rosales.
Bahia de Pasaia. MB13
Hubo silencio,
del trago perpetuo en la garganta, 
ese que nunca pasa...
Hubo silencio a infantil inocencia
a echarse de menos... 
... a abrazarse con urgencia..
Hubo silencio, 
de ellos y sus latidos. 

M.B2013
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2 comentarios:

  1. Qué bueno este relato!! lleno de recuerdos entremezclados con sueños e imaginación desvordada.. te felicito amigo, un saludo

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    1. Muchas gracias Alfmega... en momentos cuesta sacar algunos de ellos, pero está bien.
      Hoy espero publicar el siguiente.... Hope !!

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